La selección de personal necesita de rigor científico para cumplir las funciones de utilidad que le son inherentes. No obstante, sobre la práctica son múltiples los ejemplos de empresas en las que las decisiones de incorporación de nuevo personal y su selección entre los candidatos presentados responden a criterios muy alejados de los que marca el rigor. Loa nombramientos "a de dedo" y los "enchufes" y demás decisiones arbitrarias constituyen los verdaderos enemigos de un proceso de selección útil. Por el contrario, la utilización en manos de verdaderos profesionales de herramientas de fiabilidad probada, como son las baterías de tests y los cuestionarios de personalidad otorgan al mencionado proceso una incuestionable validez científica.