Álvaro Perea González, Lorena Pérez Campillo, Ester Río Gómez, Jorge Morell Ramos, Cristina Retana Gil
Las aplicaciones móviles forman parte de nuestro presente tecnológico, de la forma en la que nos relacionamos con los demás y gestionamos nuestro tiempo. Hoy resulta imposible comprender nuestra realidad sin acudir a WhatsApp, a las aplicaciones de Banca online o proveedoras de servicios o suministros. Vivimos interconectados, y esa interconexión se sustenta sobre un dispositivo tecnológico que define nuestra comunicación: el móvil. Desde esa constatación, llama la atención que mientras otros servicios públicos han desplegado su digitalización a través de operativos y aplicaciones, la Administración de Justicia continúe sin apostar definitivamente por estas herramientas. ¿Qué ventajes comportan? ¿Podemos cambiar la forma de comunicarnos? ¿Y de relacionarnos con los Juzgados, Tribunales y Fiscalías?