Francisco Uría Fernández
La Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario entró en vigor poco antes del verano, cuando había pasado aún poco tiempo desde la aprobación de la propia ley y las disposiciones de desarrollo que debían aclarar algunas dudas relevantes. Esto ha complicado la primera aplicación de la norma y explica, en parte, la caída de las operaciones cerradas en sus primeros días de vigencia. Poco a poco se van aclarando las dudas más importantes pero tendremos que esperar para conocer los efectos reales de la norma sobre el tráfico inmobiliario y la financiación hipotecaria.