Hicham Ben Abdallah El Alaoui
En la mayor parte de los países árabes, allá donde imaginamos constantes enfrentamientos, encontramos más bien un juego permanente de alianzas, un pacto tácito entre tres fuerzas desiguales: autorizados a ampliar su ascendiente en la sociedad, los fundamentalistas renuncian a privilegiar la conquista del poder político; los intelectuales laicos, protegios por el Estado de la férula de los integristas, callan las derivas autoritarias del poder y reservan su militancia a causas consensuales; y el Estado autoritario, tratado con indulgencia por los intelectuales y tolerado por los religiosos, perdura...