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A lo largo de la historia es posible identifica distintas etapas en el desarrollo industrial. En la aparición de cada una de ellas juega un importante papel la evolución experimentada por el progreso técnico, la organización de la producción y las relaciones laborales, apuntando la conexión existente entre cada una de las etapas y la vigencia de determinadas pautas de localización.
De forma habitual, la transición entre etapas ha estado caracterizada por periodos de marcada agitación socioeconómica y política como consecuencia de la alteración de las condiciones establecidas. La última gran crisis despertó un enorme interés por el estudio de estos episodios con el ánimo de identifica las claves que permitiesen anticipar futuras rupturas o discontinuidades y, así, poder minimizar el efecto sobre los patrones de distribución de la industria en el espacio.
En esa línea, para algunos autores, las convulsiones vividas en el último tercio de siglo constituirían el anuncio de una nueva etapa en el mencionado desarrollo industrial, remarcando las transformaciones acontencidas en la industria y el auge alcanzado por determinadas localizaciones a costa de los centros industriales tradicionales.
En el presente trabajo se plantea una revisión de esa transición que permita comprender la naturaleza de esas transformaciones, y, sobre todo, identificar las nuevas pautas de localización a las que han dado lugar, así como, su repercusión sobre la estrategia empresarial.
