La obra que escribe Bartolomé Salvador de Solórzano, posiblemente, está surgerida por Pedro Luis de Torregrosa contador de Felipe II, el cual era bien conocedor de los problemas financieros, que sufría el rey, por razón del cargo que desempeñaba.
El conocimiento contable de Salvador de Solórzano, probablemente estaba limitado a la partida simple en la forma que Diego del Castillo pone de manifiesto en su obra. Lo que amplía el conocimiento contable de Salvador de Solórzano es la Pragmática de Cigales en cuando ésta obliga, por razón de control de la moneda, ,a llevar la cuenta de caja. El conocimiento inicial unido a la nueva situación propiciada por la Pragmática genera una aproximinación a la identidad contable semejante a la que Luca Pacioli pone de manifiesto en su obra.