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El presente artículo sitúa su punto de partida en el período de auge de la economía francesa durante los años sesenta. Sin embargo, desde comienzos de los ochenta, la situación ha experimentado un cambio acusado sobre todo en cuanto al pobre comportamiento del mercado de trabajo a causa, en especial, de la internacionalización de la economía y al aumento de la competencia internacional. Para intentar solucionar estas dificultades se han planteado dos estrategias contradictorias: de un lado, promover la flexibilidad del mercado de trabajo y la moderación salarial, y, de otro, impulsar la educación y la formación profesional. Los resultados de estas estrategias, aunque importantes a nivel macroeconómico, son ciertamente pobres en cuanto al mercado de trabajo (incapacidad para crear empleo, debilidad del sistema nacional de producción de cualificaciones...). Al objeto de explicar estos decepcionantes resultados, al artículo ofrece seis explicaciones alternativas: falta de elecciones estratégicas claras, dificultad a la hora de reformar el sistema educativo, desajuste institucional, posibilidad de que el impulso educativo actúe de manera discriminatoria, economía mal especializada de signo fordista y adaptación retrasada al cambio en el paradigma productivo.
