En 1966 Michel Foucault creía que la ley era omni- presente. En El pensamiento del afuera, corto es- crito en el cual examinó la obra de Blanchot desde la perspectiva inaugurada por Las palabras y las cosas, sostuvo que “la ley, soberanamente, asedia las ciudades, las instituciones, las conductas y los gestos; se haga lo que se haga, por grandes que sean el desorden y la incuria, ella ya ha desplega- do sus poderes” (p. 44). Menos de diez años después, en Vigilar y castigar, el filósofo francés habría de cambiar de posición. En esta obra sostendría el fin del derecho, o más exactamente, el fin del paradigma teórico jurídico liberal, de acuerdo con el cual el derecho es el principal instrumento de regulación y normaliza- ción de las sociedad modernas.