La idea de ciudades inteligentes refiere a un modelo de ciudad en el que, ante todo, se modifican las relaciones entre los ciudadanos y las instituciones, el mundo de la economía y, sobre todo, entre los propios ciudadanos en busca de alcanzar un nuevo equilibrio. El presente trabajo tiene la intención de explicitar el contrapunto a la "higienización urbana", que olvida que las personas forman parte de las ciudades, resaltando la estética en detrimento del principio de la dignidad de la persona humana. De este modo, no son las naciones los verdaderos actores de un posible cambio, sino las ciudades, los municipios, los barrios, a través de acciones conjuntas. A través del método fenomenológico se busca tejer consideraciones sobre el fenómeno de la "ciudad humana" cuya finalidad es mejorar la calidad del hábitat de los ciudadanos.