Los vehículos, al final de su vida útil, sólo podrán ser entregados en los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT) donde expedirán el certificado de destrucción, un documento que garantizará la descontaminación y destrucción del vehículo que servirá para tramitará su baja administrativa. La inminente puesta en marcha de este sistema en el marco del cual habrá que reutilizar y, cuando sea posible, reciclar, unos dos millones de toneladas al año de un residuo calificado como peligroso por la UE, supondrá la práctica eliminación de los cementerios de coches.