En este escrito se reflexiona sobre dos características del crecimiento urbanístico de las Illes, que se han dado conjuntamente los últimos 25 años y cuya presencia, desarrollo y confirmación concurrentes no puede deberse a una simple casualidad: hemos crecido muy por encima de las expectativas, los indicadores de presión humana y su derivada de capacidad de carga así lo atestiguan, sin que la planificación urbanística, con todo el instrumental a diferente escala disponible, haya tenido una aportación relevante.