Los enclaves españoles de Ceuta y Melilla desempeñan un papel central en la política de migración transmediterránea. Asimismo, resultan cruciales para la economía del norte de Marruecos debido al movimiento de personas y bienes que se produce hacia aquellas zonas libres de impuestos. Además, Ceuta y Melilla se encuentran en el centro de una enconada disputa diplomática entre España y Marruecos, en la que Rabat cuestiona la soberanía de España sobre dichos territorios. Sin embargo, la soberanía de cada uno de los enclaves se ha visto reforzada, no socavada, por el sistema de migración laboral en el que se hallan inmersos. Pese a las quejas y a la insatisfacción de las que, en ocasiones, Rabat da muestras, lo más probable es que esos territorios sigan siendo españoles. Por su parte, Marruecos se beneficiará de esa carta en sus negociaciones con España y la UE.