En la actualidad se admite que la subsistencia de los sectores más desfavorecidos en las grandes ciudades del Tercer Mundo es posible, en parte, gracias a numerosas actividades económicas llevadas acabo por sus habitantes al margen de los circuitos económicos considerados “formales”… Se han utilizado diferentes conceptos para aprehender esta “economía popular”: sector informal, economía sumergida, estrategias de supervivencia… Para unos, se trata de una manifestación del espíritu empresarial universal, de un “capitalismo primitivo”, para otros, estas actividades muestran una forma de organización “no moderna” y, por tanto, están condenadas a desaparecer. En cualquier caso, la economía popular juega un papel esencial en la subsistencia de la población de las ciudades del Tercer Mundo y, en concreto, de América del Sur.En este artículo se pretende analizar la economía popular a partir de una experiencia directa en los barrios populares de Santiago de Chile. Más allá de su heterogeneidad interna, queremos evidenciar sus características comunes, reflejo de un modo de organización socioeconómica específica anclada en ese mundo popular. Basada en la valoración del trabajo del mundo popular y estableciendo relaciones de reciprocidad ¿acaso la economía popular no es un actor privilegiado de desarrollo de una economía solidaria?