Durante el periodo de crecimiento, la sinergia entre el Estado y el mercado era tal que ha limitado el desarrollo de la economía social. En el periodo de mutaciones en el que estamos inmersos, desde hace más de una década, la perspectiva de la economía solidaria, que vuelve a las características originales de la economía social, cobra plena actualidad con las múltiples iniciativas locales surgidas en Europa. Como se constata en el caso francés, los desafíos que plantea esta perspectiva son determinantes para el futuro de la economía social y de sus relaciones con la economía pública.