La política audiovisual de la Unión Europea ha modificado entre 1994 y 1998 su enfoque principal en respuesta a la nueva situación coyuntural que vive el sector a nivel mundial. Durante este periodo, sus actuaciones han mostrado una primacía económico-industrial (programa MEDIA y el Fondo europeo de garantía) dejando en segundo plano la dimensión cultural ; una mayor coordinación con los proyectos de la sociedad de la información (Libro verde sobre la convergencia) y el mantenimiento un cierto carácter proteccionista (directiva Televisión sin Fronteras y el énfasis en el déficit comercial con los Estados Unidos).