Francisco Javier Dosil Mancilla
Las estancias de María Zambrano en Cuba no estuvieron, en absoluto, libres de dificultades y angustias. Pero en el drama de su exilio, la isla le brindó un cálido refugio y una luz que la pensadora evocó en muchos de sus escritos y que la alumbró en el tránsito hacia la madurez de su filosofía.