Este artículo pretende dar cuenta de algunas reflexiones con respecto al vínculo que existiría entre nuestro escenario social-cultural y la misión que se le otorga a la institución universitaria, en el intento de constituir a la intervención social como disciplina académica, en casos particulares como las licenciaturas en trabajo social y en antropología aplicada. Lo anterior, se inscribe en el esfuerzo de ubicar la tarea de esta área del conocimiento, en denunciar y combatir el costo social del desarrollo desde un tipo de labor que unifique praxis y reflexión crítica.