Después de la caída de Gadafi, el gobierno transitorio posterior no logro constituir un gobierno aceptado por todas las partes, dando lugar a una guerra civil desde el 2014 hasta el 2020, iniciada por el líder militar del Este, Khalifa Haftar. En este periodo ambas partes han combatido para erradicar el Daesh y Al Qaeda, de los que quedan grupos activos al sur del país. Al gobierno del Oeste que es de tendencia islamista, lo apoyan las NN. UU, Turquía, Qatar, UE y EE. UU, al del Este, más secular, lo apoyan Egipto, Arabia Saudita, UAE y Rusia a través del grupo Wagner. A partir de octubre del 2020 en que se firmó la paz y se formó el Foro de Dialogo Político auspiciado por las NN. UU, se ha tratado de celebrar sin éxito elecciones parlamentarios y presidenciales, aunque ha habido avances importantes como aceptación creación de un banco central y el reparto de los beneficios del petróleo. En medio de toda esta situación se desenvuelve la emigración que atraviesa el Mediterráneo pasando por Libia, el llamado corredor central, que condiciona en gran medida la política exterior europea hacia Libia.