Francisco Lorente Blanco
En el acoso sexual o por razón de sexo, un solo comportamiento puede ser constitutivo de la figura prohibida. Ahora bien, hay que atender al caso concreto. Un solo tocamiento de nalgas sí es acoso sexual. Una invitación a cenar no lo es. La insistencia en la invitación a cenar pese al rechazo inequívoco de la víctima en ocasiones anteriores sí puede ser acoso sexual. Un chiste machista aislado en el centro de trabajo no es necesariamente acoso por razón de sexo. Un cartel machista colgado en el centro de trabajo sí lo es.