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Eva Blasco Hedo
El primer capítulo del título III de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, establece la posibilidad de otorgar regímenes especiales de protección a aquellas especies, subespecies y poblaciones de flora y fauna silvestres cuya situación así lo requiera. Para ello, el artículo 56 de la Ley crea el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, y su párrafo 2 determina la inclusión de las especies, subespecies y poblaciones merecedoras de una atención y protección particular en función de su valor científico, ecológico, cultural, singularidad, rareza o grado de amenaza.
En este contexto, la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del MITECO tramitó una propuesta proveniente de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL) para la inclusión de todas las poblaciones del Lobo presentes en España en el Catálogo, bien en la categoría «Vulnerable» o, en su defecto, en el Listado.
A través de esta Orden se instaura un nuevo marco jurídico en virtud del cual el nivel de protección para el lobo se unifica en todo el territorio nacional -hasta ahora solo lo tenían las manadas radicadas al sur del Duero- así como las medidas preventivas, indemnizaciones y los mecanismos de control para evitar y paliar los daños por ataques a la ganadería extensiva.
Al efecto, el lobo ibérico (Canis lupus signatus) se incluye en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE).
El MITECO ha puesto de relieve que la Orden viene respaldada por el Consejo de Estado, al contar con una base científica sólida. Su inclusión en el LESPRE responde a la importancia de la especie como patrimonio cultural, científico, así como por los servicios ambientales que produce la presencia de este carnívoro en los ecosistemas. Esta decisión recibió el apoyo tanto de la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad como del Comité Científico, que entiende que el estancamiento de la población de lobo ibérico observado en los últimos años y la congelación de su área de distribución, se ha producido como consecuencia de la elevada tasa de mortandad no natural que soporta la especie.
Debido al cambio de estatuto jurídico de las poblaciones de lobo situadas al norte del Duero, éstas dejarán de ser consideradas objeto cinegético en aquellas comunidades que hasta ahora autorizaban su caza y las medidas de control de la especie pasarán a tener carácter excepcional. Únicamente podrán ser autorizadas capturas y extracciones de manera justificada cuando todas las medidas de prevención se hayan revelado ineficaces; con la garantía científica de que no comprometerán el buen estado de conservación de la especie y ante la evidencia de daños importantes o recurrentes en la actividad ganadera. -Véase este enlace.
La Disposición adicional primera establece el régimen de compatibilidad con las medidas de extracción y captura de ejemplares que hayan adoptado los órganos competentes de las comunidades autónomas con anterioridad a la entrada en vigor de esta orden. Por su parte, la DA 2ª prevé que la Estrategia de conservación y gestión del lobo en España será aprobada con anterioridad al 31 de diciembre de 2021.
A través de esta publicación se ha dado cuenta en diversas ocasiones de la problemática del lobo en España. Destacamos la aportación del profesor García Ureta.
Entrada en vigor: 22 de septiembre de 2021.
