Antonio Miguel Cantos Ceballos
Nuestra artículo parte de la propia realidad de una gran mayoría de alumnos-espectadores pasivos cuyo rol se circunscribe al de un sujeto excluido y, por consiguiente, marcado por el medio social, tecnológico y académico que lo encasilla en el modelo del paradigma informativo: almacena información y la transmite sin el mínimo concurso subjetivo. Este hecho es algo que compromete, incluso, la salud de la sociedad democrática en la que vivimos, porque el ciudadano no capacitado para el bombardeo de imágenes al que se ve sometido, es un individuo sin capacidad de elección y sin criterio para discriminar entre las representaciones que le llegan. Como solución a este problema, nuestro enfoque metodológico propone un proyecto amplio de alfabetización audiovisual en el aula tomando como eje globalizador el cine: trascender la mera contemplación de una película para generar un recurso didáctico muy valioso que ayude a la alfabetización audiovisual del alumno-futuro ciudadano. Se trata de un proceso inductivo en el que el alumno-espectador asume el rol de analista, siendo fiel a los datos y a las descripciones que recuerdan el texto fílmico para, progresivamente, ofrecer una interpretación a la que se exige un grado de subjetividad que evite el discurso autocomplaciente al uso.