María Luisa Gómez Jiménez
El vapuleado artículo 47 de la Constitución Española, sigue afirmando con lacónica expresión que «todos tienen derecho a una vivienda digna y adecuada», frase que envejece a la par que lo hace una prolija regulación española sobre aspectos vinculados a la edificación, la planificación de vivienda -estatal o autonómica- y los tan ansiados remedios primero contra la especulación, y luego para paliar la vulnerabilidad, la exclusión residencial, y la fragmentación social que un bien tan precioso produce en la sociedad. Seguimos sin poder extraer títulos competenciales específicos de su enunciado, (aunque el TC se haya encargado de pronunciarse en múltiples ocasiones), aunque sí podemos encontrar por primera vez en la democracia una Ley estatal que aspira a rellenar el espacio regulatorio en la materia por la AGE. Norma, relevante de primer orden, a cuyo análisis no pretenden escapar estas líneas, centradas más en las relevantes cuestiones que nos piden la atención a la calificación de la vivienda como digna y adecuada y la vulnerabilidad que integran desde su proyección social, y que denotan luces y sombras, así como oportunidades perdidas y soñadas de regular algo importante que ha tardado más de 40 años en materializarse, y cuyo resultado presenta muchas indubitadas reflexiones de las que este trabajo pretende ser un apunte más de lege ferenda.
The battered article 4 7 of the Spanish Constitution, continues to affirm with laconic expression that «everyone has the right to decent and adequate housing», a phrase that ages at the same time as a neat Spanish regulation on aspects related to building, housing planning - state or regional - and the longawaited remedies first against speculation. and then to alleviate the vulnerability, residential exclusion, and social fragmentation that such a precious good produces in society. We are still unable to extract specific competence titles from its wording, (although the Constitutional Court has been in charge of pronouncing on multiple occasions), although we can find for the first time in democracy a state law that aspires to fill the regulatory space in the matter by the AGE. Norma, relevant of the first order, whose analysis these lines do not intend to escape, focused more on the relevant issues that ask us to pay attention to the vulnerability that they integrate and their social projection and that denote lights and shadows, as well as lost and dreamed opportunities to regulate something important that has taken more than 40 years to materialize, and the result of which presents many indubitable reflections of which this work intends to be one more note of lege ferenda.