El inicio de todos los textos que escribo sobre el tema de la historia reciente de la ordenación y la planificación territorial en Galicia es el mismo: hay que referirse a un fracaso. El fracaso aparece como calificativo cuando la creación de una Comunidad Autónoma propia se había fijado como uno de sus principales objetivos organizar por fin de forma conveniente el territorio, una vez liberada de normas urbanísticas o administrativas pensadas desde una realidad alejada.