En los últimos años la literatura y las discusiones en la ciencia política giran en torno a la crisis de la democracia y a los retrocesos democráticos que viven los distintos países en diversas regiones, tanto en democracias nuevas como en aquellas consolidadas. Mucho de este debate surge de las mediciones que se hacen sobre la calidad de la democracia, y los resultados de estas reflejan cómo cada vez menos personas viven en democracia. Sin embargo, poco se ha reflexionado sobre el origen de estas mediciones y los impactos que pueden tener. En este artículo se discute sobre el proceso de medición de la democracia, partiendo del hecho de que es un objeto cuya conceptualización es un campo de disputa y que el proceso de medición parte de una serie de decisiones subjetivas que provienen de convenciones aceptadas entre comunidades científicas, pero también políticas y económicas
In recent years, the literature and discussions in political science have revolved around the crisis of democracy and the democratic setbacks experienced by different countries in various regions, both in new democracies and in consolidated ones. Much of this debate stems from the measurements that are made about the quality of democracy, and the results of these reflect how fewer and fewer people live in a democracy. However, little thought has been given to the origin of these measurements, and the impacts they may have. This article discusses the process of measuring democracy, based on the fact that it is an object whose conceptualization is a field of dispute, and that the measurement process is based on a series of subjective decisions that come from conventions accepted among scientific communities, but also political and economic