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Concetta Esposito de Díaz
Un año de comienzos, de tropiezos en lo político, económico, académico, comercial y en salud al menos para nuestro país. Sin embargo, a nivel mundial la convulsión sanitaria por la pandemia del Covid-19 movió el piso de la humanidad.
Ciertamente que desde marzo 2020 se suspendieron las actividades y el sector de educación evidentemente no escapó de esta realidad y así la mayoría de centros de formación desde la primaria hasta las universidades cerró sus puertas… Eso ocurrió, de una manera lenta todo se fue ajustando y cerrando las tareas académicas y responsabilidades asumidas. Todo comenzó a funcionar mal que bien, desde los hogares de profesores, secretarias, administrativos, técnicos y eventualmente reuniones con las protecciones y distancias recomendadas.
Un año de transformación como hemos apreciado en todos los ámbitos y nuestra revista también entró en ese proceso. Transformación que ya se venía sintiendo con el cambio de dirección agudizado a finales del 2019 lo cual nos paralizó prácticamente un año.
Plantearnos una reorganización, luego de trece años de trabajo continuo, nos llevó a considerar la publicación semestral de la revista, no ha sido fácil adaptarse, ha requerido esfuerzo, paciencia, constancia y tiempo de ajustes, en un ambiente académico prácticamente cerrado, sometido a interrupción de conexiones en lo material y a temores de contagios lo cual limitó tareas necesarias de actividad grupal aun contando con material de autores que habían considerado a la revista una ventana de comunicación, depositando resultados de investigaciones, ensayos y prácticas de apoyos a empresas.
