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Madrid, España
La agudización de los desequilibrios monetarios comenzó en la fase final de la era soviética, cuando fue articulándose una trama perversa formada por cuatro elementos: los descensos de la producción, el aumento del ahorro forzoso de la población, el creciente déficit presupuestario y la emergencia de tensiones inflacionistas ( a través de la elevación de los precios en los mercados informales, o bien mediante el alza de los precios oficiales). Todo ello sucedía en un contexto monetario seriamente deformado por la amplitud de la economía informal, y por la artificialidad con la que las autoridades manipulaban las principales variables monetarias: precios, tipos de interés y cotización del rublo. En tales condiciones, la cantidad de dinero en circulación crecía cada vez más mientras que la oferta de bienes iba contrayéndose y se extendía la indisciplina financiera de las empresas y de las organizaciones estatales.
