Carmen Sebastián
El paso a la jubilación supone una ruptura del ritmo vital prolongado durante la etapa más larga de la vida y con él, de la concepción del trabajo, del tiempo libre, de la actividad... en definitiva, de uno mismo y de las propias posibilidades. Las instituciones publicas y las empresas tienen una responsabilidad directa sobre la preparación ante la jubilación que pueden facilitar a través de planes de formación específicos y actividades educativas y de ocio concretas. Por último, el individo requiere también de una toma de posición activa y positiva ante su nueva situación que ofrece múltiples posibilidades de desarrollo personal