El comportamiento inadaptado se puede definir como aquel que proviene del empleado y que resulta un problema para la organización e incluso para el propio empleado. Sus repercusiones pueden medirse en términos de insatisfacción de los clientes, de accidentalidad laboral y de descenso en los niveles de desempeño. Para modificar estos comportamientos no basta con recurrir al castigo , aunque se considere un medio lícito. La direccion de RRHH debe valorar la incidencia de estos comportamientos de la estructura, normas y procesos de la propia organización.