Como ya había sido anticipado por la mayoría de los analistas, el Indice de Precios de Consumo (IPC) se comportó deforma muy moderada en el pasado enero, aumentando sólo un 0,3 por 100, en un mes claramente alcista, en el que se revisan un gran número de precios que quedan vigentes para todo el ejercicio. Este resultado del IPC significó un importante recorte de tres décimas en la tasa de inflación, rompiendo la «mítica» barrera del 3,0 por 100 y situándose en el 2,9 por 100. Cabe recordar que tasas de inflación de este nivel no habían sido alcanzadas por la economía española desde finales de los sesenta. A su vez, la inflación subyacente, tasa de variación anual del IPC general una vez excluidos los alimentos frescos y productos energéticos, también disminuyó, situándose en el 2,8 por 100, dos décimas menos que en el mes anterior.