El artículo repasa las alternativas opuestas, negativas y positivas, que cabe prever como efecto del envejecimiento poblacional. Primero, se exponen las consecuencias culturales perniciosas y, después, las favorables, para pasar luego a considerar los efectos políticos ominosos y, por fin, los esperanzadores. Y, dentro de estos últimos, el artículo concluye con el análisis de las principales reivindicaciones políticas, derivadas de la lucha contra la discriminación por la edad, que quizá conformen la agenda futura del movimiento de los mayores.