Después de pasar por algunas dificultades a raíz de su incorporación a la economía de mercado, Bulgaria trata de enderezar la crisis que sacudió al país en 1997. Para ello, el gobierno búlgaro ha puesto en marcha una serie de medidas que incluyen, entre otras, un Plan de Estabilización y de Reformas Estructurales cuyo objetivo es impulsar el crecimiento económico así como atraer inversiones extranjeras y continuar con el necesario apoyo financiero internacional.
En este artículo se analizan los cambios que ha experimentado la economía búlgara y las buenas perspectivas abiertas tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.