Se expone una experiencia de autoría infantil indígena lograda con la operación de una nueva propuesta metodológica no directiva, sino evocativa. Niños de tres espacios diferentes (dos pueblos de habla náhuatl y habitantes de la ciudad de Puebla, pero hijos de migrantes) se conocen en un diálogo interindígena donde se cuentan cómo son sus mundos y cómo son ellos, utilizando distintas tecnologías comunicativas visuales y verbales. La reunión de sus materiales se concreta en "textos" que los niños organizan de principio a fin. Finalizado el trabajo pasa por distintas opiniones: 1) de los autores, 2) de los compañeros de la misma escuela y 3) de los nuevos amigos de los lugares seleccionados. Así abrimos el diálogo intercultural entre niños con experiencias de vida contrastantes a pesar de haber nacido en lugares con características similares. Los materiales nos permiten distintas lecturas que atañen tanto a la educación como a la antropología educativa y visual, entre otros: el análisis de los temas más recurrentes que podrían conformar una parte de los currícula interculturales; la necesidad de abrir el mundo expresivo y no limitarlo a la lectoescritura; estudiar cómo construyen su propio mundo.