Zambia se encuentra en el corazón de la ruta migratoria hacia Sudáfrica, la segunda más frecuentada del continente después de la que se dirige a Europa. Los exiliados afrontan toda clase de peligros para huir de los conflictos y la miseria. Sometida a la presión europea e internacional, Lusaka trata a la vez de luchar contra el tráfico de personas y de organizar los constantes flujos de desplazados.