La rápida subida de los tipos de interés debe entenderse como un proceso de normalización de la política monetaria tras una larga etapa de tipos negativos. No obstante, la rapidez e intensidad de este proceso ha impactado en la economía de las familias y empresas, motivando una respuesta regulatoria que persigue paliar sus efectos y que es objeto de revisión en este artículo. Desde el sector financiero, que afronta el nuevo contexto desde una posición de fortaleza patrimonial, se está contribuyendo de manera activa a este proceso.