Jaime Balaguer de la Riva
En abril de 2020 el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cambió el modo de administración de sus encuestas, pasando del personal (PAPI/CAPI) al telefónico (CATI). En el presente trabajo examinamos su impacto en dos variables del barómetro: el estado civil y el nivel de estudios. Describimos su evolución mensual desde 2013 a 2023 utilizando el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), un estudio continuo que siempre ha sido telefónico, como referencia comparativa. Como veremos, el cambio de modo produce discontinuidades en la medición del nivel educativo, con implicaciones para la calidad e interpretación de resultados. Además, la evidencia apunta a que las empresas privadas que el CIS ha contratado para realizar los trabajos de campo telefónicos del ICC presentan sesgos propios que deben tomarse en cuenta para la comparación y seguimiento de las series.
n April 2020, Spain’s Centre for Sociological Research (CIS) changed its survey mode from face-to-face (PAPI/CAPI) to telephone-based (CATI). In this study we examine the impact of this change on two CIS barometer variables: marital status and education level. We describe their evolution from 2013 to 2023 using the Consumer Confidence Index (ICC), a continuous survey that has always been telephone-based, as a comparative reference. As we will see, the change in mode produced discontinuities in the measurement of education level, with implications for the quality and interpretation of results. In addition, the evidence suggests that the private research companies the CIS contracted to carry out telephone fieldwork had their own biases that must be taken into account for series comparison and monitoring.