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El presente artículo examina el impacto de las economías ilícitas en la seguridad y estabilidad de Libia y su vecindario regional. Para ello se identifican diversas fuentes de economías ilícitas, como el contrabando de petróleo, el tráfico de drogas, la trata de seres humanos y el tráfico de armas, destacando los retos de seguridad asociados a su proliferación. El documento sugiere que las economías ilícitas han contribuido a configurar la dinámica del conflicto, la gobernanza y el desarrollo en el contexto posrevolucionario. El análisis concluye además que existe un fuerte vínculo entre las economías ilícitas en Libia y el auge del terrorismo en la región del Sahel. Los grupos terroristas han explotado el vasto mercado negro y la economía sumergida creados por el contrabando de armas, drogas y migrantes en el Sahel para financiar sus estructuras y consolidar su presencia en las rutas transaharianas. El documento sostiene que la nestabilidad política y el conflicto en Libia han creado un vacío de poder que ha permitido el florecimiento de alianzas estratégicas entre los aparatos criminales y el extremismo violento, exportando desde Libia una importante fuente de inestabilidad regional
This article examines the impact of illicit economies on the security and stability of Libya and its regional neighbourhood. It identifies different sources of illicit economies, such as oil smuggling, drug trafficking, human trafficking and arms trafficking, and highlights the security challenges associated with their proliferation. The paper suggests that illicit economies have helped shape the dynamics of conflict, governance and development in the post-revolutionary context. The analysis also concludes that there is a strong link between the illicit economy in Libya and the rise of terrorism in the Sahel region. Terrorist groups have exploited the vast black market and black economy created by the smuggling of arms,, drugs and migrants into the Sahel to fund their structures and consolidate their presence on the trans-Saharan routes. The document argues that the political instability and conflict in Libya have created a power vacuum that has allowed criminal gangs and violent extremism to flourish, exporting from Libya a major source of regional instability
