Las manifestaciones públicas de dirigentes religiosos se han conformado en el punto de mira de determinados sectores sociales y políticos que han acudido a los tribunales de justicia para tratar de incriminar la conducta de ministros de culto que se han dirigido a sus fieles, o a la sociedad, en general, acerca de cuestiones relativas a las directrices que informan las políticas legislativas referentes a la ideología de género.El interés por la cuestión que propongo en el presente el trabajo surgió porque, después de la publicación del último pronunciamiento jurisprudencial, en febrero de 2018, han continuado produciéndose casos que, sin embargo, no se han elevado a sede judicial.El objeto de la investigación, llevado a cabo desde una perspectiva eminentemente eclesiasticista, se circunscribe a la consecución de una valoración crítica de las resoluciones judiciales dictadas hasta el momento teniendo en cuenta los protagonistas del conflicto, a saber, el tipo delictivo del artículo 510 del Código Penal y su posible repercusión en el contenido esencial de las libertades de expresión y religiosa de que son titulares los ministros de culto que, en ejercicio de estas, informan a los fieles sobre los cuerpos doctrinales propios de cada religión aplicados, en el caso que nos ocupa, a los principios rectores de las políticas legislativas referentes a la ideología de género.Después de un análisis pormenorizado de las líneas interpretativas plasmadas en los pronunciamientos de los tribunales he podido constatar, en primer lugar, una diferencia en la consideración del caso dependiendo de si el encausado es un ministro de culto católico o musulmán. En efecto, los jueces absuelven a los obispos y castigan a los imanes autores de las prédicas objeto de discusión; entiendo que esta circunstancia ha podido conformarse en el motivo principal de que, habiéndose producido más casos después de 2018 —año en que se publicó el ultimo pronunciamiento jurisprudencial—, no se hayan elevado a los tribunales de justicia.Por otra parte, como eclesiasticista, valoro, positivamente, y en los términos que expongo a lo largo del desarrollo del trabajo, los argumentos utilizados por los jueces para exculpar a los jerarcas católicos, en especial, el relativo a la dignidad humana; elemento que no se considera en el tratamiento judicial de los imanes.Por último, y respecto a los casos relativos a los ministros de culto musulmán, pongo de manifiesto que el rol de la mujer en el ámbito socio religioso islámico colisiona con los principios informadores del Derecho y la estructuración de la sociedad en Europa que se fundamentan en elementos que proceden del cristianismo; religión que considera la dignidad del ser humano, hombre o mujer, en el parámetro inspirador de cualquier actuación pública o particular. En este sentido, la función del legislador penal en orden a determinar los límites a las manifestaciones de patrones sexistas que impliquen la conformación de discursos de odio contra las mujeres y que provengan del ámbito de las creencias religiosas y/o culturales relacionadas con el género presenta una dificultad considerable. Al respecto, entiendo que, dentro del abanico de directrices elaborado por Naciones Unidas en orden a la limitación de los supuestos que puedan ser considerados como tales, la que puede presentar mayor efectividad procede de la recomendación de abstenerse de usar el discurso de odio por parte de los jerarcas religiosos, unida a la educación en valores respetuosos con la igualdad y la denuncia de las expresiones de odio ajenas.
The public manifestations of religious leaders have become the target of certain social and political sectors that have gone to the courts of justice in an attempt to incriminate the conduct of ministers of worship who have addressed their faithful, or society in general, on issues related to the guidelines that inform legislative policies concerning gender ideology. The interest in the object of the work arose because, after the publication of the last jurisprudential pronouncement, in February 2018, there have been cases that, however, have not reached the courts of justice.The purpose of the investigation is to achieve a critical assessment of the legal decisions issued so far, taking into account the protagonists of the conflict: the crime of article 510 of the Penal Code and its impact on the essential content of the freedoms of expression and religion of which The ministers of worship who, in exercise of these, inform the faithful about the doctrinal bodies of each religion applied, in the case at hand, to the guiding principles of legislative policies regarding gender ideology, are the holders.After a detailed analysis of the interpretative lines embodied in the court rulings, I have been able to verify, first, a difference in the consideration of the case depending on whether it is a catholic or muslim minister of worship. Indeed, the judges acquit the bishops and punish the ministers of islamic worship. This circumstance could have been the main reason why, having produced more cases after 2018, they have not been brought before the courts of justice.On the other hand, I value, positively, and in the terms that I expose throughout the development of the work, the arguments used by the judges to not punish the catholic hierarchs, especially, the one related to human dignity; element that is not considered in the judicial treatment of imams.Finally, and with respect to the cases related to Muslim ministers of religion, I show that the role of women in the Islamic socio-religious sphere collides with the guiding principles of Law and the structuring of society in Europe that they are based on elements that come from Christianity; religion that considers the dignity of the human being, man or woman, in the inspiring parameter of any public or private action. In this sense, the function of the criminal legislator to determine the limits to the manifestations of sexist patterns that imply the formation of hate speech against women and that come from the field of religious and/or cultural beliefs related to gender presents a considerable difficulty.In this regard, I understand that, within the range of guidelines developed by the United Nations in order to limit the assumptions that can be considered as such, the one that can be most effective comes from the recommendation to refrain from using hate speech by religious leaders, coupled with education in values respectful of equality and the denunciation of expressions of hatred of others.