Las organizaciones están interesadas en implementar la figura del «director de bienestar», que es básicamente, el profesional responsable de atraer y mantener el talento en las organizaciones mediante estrategias de felicidad, estabilidad y seguridad en la actividad profesional diaria. Su misión central es reorientar los procesos tradicionales que afectan a los empleados de cualquier organización estructurada. Así, un sujeto se encarga de canalizar y potenciar la parte innovadora e imaginativa de las relaciones laborales para velar por la tranquilidad y el bienestar general de los empleados mediante la creación de un clima y un ambiente amable en el seno de la organización. El conocimiento, desarrollo y despliegue de las tareas propias de esta figura está poco implantada y es todavía desconocida en gran parte del tejido organizativo de nuestro país. Aunque no exista un perfil concreto, sí que hay algunas características que debe reunir un director del bienestar, ya que su función implica una gran responsabilidad y unas habilidades muy marcadas que no todas las personas poseen. En el ámbito de la Administración de Justicia implicará que la «Secretaria de Coordinación Provincial» (un/a Secretario/a Coordinador/a y los funcionarios —normalmente uno o dos—) asuman este rol, y en líneas generales se valore su profesionalidad y disponibilidad total para saber gestionar y coordinar la actividad de Letrados de la Administración de Justicia y funcionarios que prestan sus servicios en su provincia, buscando, una mejora de la calidad del servicio público y una mayor eficacia en la satisfacción de las necesidades de los funcionarios y de rebote, de ciudadanos y profesionales mediante la implantación de buenas prácticas de gestión y nuevas aplicaciones informáticas.