Sevilla, España
El término «economía colaborativa» es aún confuso. Describe actividades económicas que producen, distribuyen y/o consumen recursos, bienes y servicios bajo una estructura basada en la colaboración entre los diferentes agentes que intervienen en el proceso. Existen cinco elementos básicos que permiten categorizar una actividad económica como economía colaborativa: recursos compartidos; redes distribuidas; confianza y reputación; existencia de una plataforma; y gobernanza compartida. Se puede hablar de «economía colaborativa social» como aquellas redes distribuidas basadas en la confianza y reputación de sus integrantes, que comparten recursos de forma abierta y bajo una gobernanza participativa. Se rige por los principios similares a los de la economía social. La fórmula más desarrollada de la economía colaborativa social es la cooperativa de plataforma, que tiene efectos positivos: el abaratamiento de los bienes y servicios; un uso más eficiente de los recursos disponibles; la disminución de los costes de transacción, las barreras de acceso y las jerarquías; más oportunidades para los consumidores y las pequeñas empresas; generación de información confiable entre los participantes en la red; modelos de negocio democráticos y sostenibles.