Las circunstancias que caracterizan el ambiente de negocios actual, que pueden resumirse en la internacionalización y la globalización de los mercados, junto con el pleno desarrollo de la denominada Sociedad de la Información y el Conocimiento, han obligado a las empresas a mejorar su competitividad, entendida como tal, la superioridad o mejoría respecto a otro, determinada por cómo somos percibidos por el cliente.