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Maximiliano Emanuel Korstanje
Sin lugar a dudas la movilidad se ha transformado en los últimos años en un término que ha sido ampliamente utilizado en los más diversos campos de las Ciencias Sociales. La movilidad, es, en estos tiempos un paradigma por el cual se accede a la plataforma de la modernidad. Para Oswin y Yeoh, la movilidad está estrechamente ligada a la modernidad y al fin del Estado-nación clásico. El término movilidad nos hace pensar en flujos migratorios y turísticos como así también en la infraestructura necesaria para soportar dichos viajes. Los lugares donde predomina una alta movilidad se encuentran marcados por una constante negociación identitaria y configuración existencial. Este movimiento siempre hacia delante encierra lógicas de poder des-territorializado que modifica sustancialmente nuestra forma de percibir lo móvil . Por el contrario, Lash y Urry consideran que la movilidad debe ser comprendida como un producto cultural que busca por medio de una narrativa específica, en la mayoría de los casos la literatura, afianzar una dependencia cultural entre las diferentes naciones. En la multiculturalidad, incluso, existe una división lo suficiente bien definida entre países con alta y baja movilidad hecho por el cual se accede a diferentes formas de estatus social . Admite, J Urry que el automóvil y la movilidad extermina el espacio produciendo un vasto sentimiento de enormidad y control . Ciertamente, todos los imperios se han considerado -modernos y móviles- por lo que a primera vista, es algo difícil considerar a la sociedad actual como híper-móvil. Pero no menos cierto es también, que los imperios han apelado a la construcción de infraestructura para una rápida comunicación entre sus colonias. Estos canales de conexión entre las partes eran utilizados por los ejércitos para adoctrinar las sublevaciones pero también por los ciudadanos en momentos de estabilidad política; hecho que sugiere que movilidad, comercio y guerra han sido aspectos de la vida humana estrechamente ligados entre sí.
En el presente trabajo, se examinan las contribuciones y limitaciones de cuatro autores tales como Marc Augé, Paúl Virilio, Guillermo Giucci y Dean Maccannell quienes (desde diferentes lugares) han dedicado gran parte de su carrera al estudio de la movilidad en Occidente. Similares en sus argumentaciones, se ha seleccionado a estos autores no necesariamente por su representatividad sino por la conexión que existe entre la técnica, la guerra, el turismo y la movilidad. Por otro lado, la última parte del trabajo se dedica a una descripción pormenorizada de cómo operan las calesitas en nuestra vida social, su función en los procesos de socialización primarios y secundarios como así su contribución a fijar valores específicos para la creación del turismo como hoy lo conocemos. Luego de un período de observación participante de 70 calesitas diferentes entre 2007 y 2011, se establecen diferentes líneas discursivas de análisis que remontan al turismo (como creación de la cultura anglosajona) a la mitología germánica antigua. Precisamente, uno de los mayores problemas de los autores modernos que tratan la modernidad y la movilidad es olvidar el papel que las mitologías cumplen en dicho proceso.
