Tras arduas negociaciones entre el Parlamento y el Consejo de la UE, este último ha acordado el 25 de julio de 2023 un Reglamento para reforzar el ecosistema europeo de semiconductores (Ley Europea de Chips), que pretende fomentar la producción de chips, crear un entorno favorable a la inversión y evitar cuellos de botella en el suministro y se centra en dos áreas principales: el refuerzo de la competitividad de la UE en el sector y el impulso de la transformación digital y ecológica. El texto de esta disposición está listo y podría entrar en vigor ya en el segundo semestre de 2023. El núcleo de la iniciativa es duplicar la cuota de mercado de los chips producidos en Europa hasta el 20% en 2030. Para lograrlo, entre otras cosas, se flexibilizarán las normas de competencia y se habilitarán fondos para fomentar la investigación, el desarrollo y la producción de semiconductores. Asimismo incorpora determinadas demandas de la industria, como la ampliación del ámbito de aplicación para hacer posible la financiación no sólo de los chips más pequeños, sino también del ecosistema ampliado de semiconductores. También cabe destacar positivamente la atención prestada a la educación y formación de especialistas en los llamados centros de competencia para y atraer a la UE nuevos talentos para la investigación, el diseño y la producción.
After tough negotiations between the EU Parliament and Council, the EU Council has agreed on 25 July 2023 on a Regulation to strengthen the European semiconductor ecosystem (European Chip Law), which aims to foster chip production, create an investment‐friendly environment and avoid supply bottlenecks and focuses on two main areas: strengthening the EU's competitiveness in the sector and boosting the digital and green transformation. The text of this provision is ready and could enter into force as early as the second half of 2023. The core of the initiative is to double the market share of chips produced in Europe to 20% by 2030. To achieve this, among other things, competition rules will be relaxed and funds will be made available to promote research, development and production of semiconductors. It also incorporates certain industry demands, such as broadening the scope to enable funding not only for smaller chips, but also for the wider semiconductor ecosystem. The focus on education and training of specialists in so‐called competence centres to attract new research, design and production talent to the EU is also a positive development.