La literatura de turismo, tanto la académica como la periodística y no digamos la institucional y la política cae a menudo en un burdo propagandismo que lastra severamente el distanciamiento y la neutralidad exigible a la investigación científica sobre la materia. El artículo es un amplio aunque no exhaustivo repaso a los abundantes tópicos y mitos que la lastran y que deberían desaparecer de ella si queremos dotarla de seriedad y credibilidad.