Me siento muy honrada de compartir con ustedes el conocimiento de la grafología en este Congreso, y quiero resaltar que este tipo de eventos es muy estimulante, gratificante y alentador, máxime que el grafólogo permanece siempre en contacto con la vida, inédita y asombrosa, y con la humanidad, para tratarla, tanto en su persona como en la persona de otro, siempre como un fin y nunca sólo como un medio, que es lo que me inspira para presentar una ponencia de reflexión, que titulé Grafología, alma y felicidad.