Para la derecha y la extrema derecha, la revuelta de los barrios populares franceses refleja una forma de ingratitud: los revoltosos destruyen lo que el Estado hace por ellos –al tiempo que este abandona las zonas rurales–, prenden fuego a sus mediatecas –mientras otros sobreviven en desiertos médicos–... Pero, en Ardèche, hay otros motivos por los que hay tantas personas sin médico de cabecera.