Pierre Daum
Hollywood es más barato en Marruecos. En Uarzazat, Marrakech o Casablanca, los figurantes salen a poco más de dos euros la hora, los técnicos no están sindicados, pueblos magníficos se ofrecen como decorado por sumas ridículas, el Estado garantiza la seguridad y los incentivos financieros son abundantes. A resultas de esto, la industria cinematográfica local se ha convertido en una subcontrata de Occidente. Pero este poder blando marroquí, aunque sea relativo, ¿está en las últimas?