David García
Mundialmente conocido por sus éxitos deportivos, el Futbol Club Barcelona es para muchos catalanes motivo de orgullo y un emblema de su identidad. Al menos sobre el papel, la entidad continúa perteneciendo a sus socios, una rara avis en Europa, donde imperan las sociedades anónimas. Sin embargo, el escándalo Negreira y las sospechas de corrupción arbitral han arrojado una cruda luz sobre los excesos empresariales de una institución que sigue estando férreamente controlada por la burguesía catalana.