El autor revisa en su artículo el papel del turnismo en la historia de España. Durante casi medio siglo cumplió algunos de sus fines primordiales, «como garantizar una cierta continuidad política bajo una Constitución duradera». El sistema consiguió apartar a los militares de la toma de decisiones: «los relevos se imponían no ya por las armas, como ocurría antes, sino por la alternancia sin sobresaltos entre conservadores y liberales, que consolidaron así un sistema liberal, aunque no democrático». El sistema invertía la lógica representativa moderna, ya que «las mayorías se fabricaban desde arriba por los gobernantes nombrados previamente por la corona».