Las crisis van y vienen, pero la misma constatación persiste: el dogma europeo del libre comercio perdura, y con este la destrucción de empleo en la industria y la agricultura. En el contexto actual, con los Estados militarizando sus lindes para frenar el flujo de migrantes, quizá ha llegado la hora de invertir la lógica de la frontera: reforzar la herramienta contra el dumping social restableciendo aranceles aduaneros y reducir las barreras a la circulación de personas.