Frédéric Lemaire
El pasado otoño, Londres decidió suprimir el tope a los bonus de los banqueros decretado a raíz de la crisis de 2008. La clase política británica siempre está muy pendiente del atractivo de su centro financiero. Pero su importancia para la economía británica bien podría convertirse en maldición, máxime en un contexto de gran inestabilidad de los mercados mundiales.